La Balada de Bofri


Ya les conté que al jugar mi aventura sobe La nueva Sombra incorporé una pequeña escena en la que Lodin el Tuerto (un bardo de Ciudad del Lago) cantaba sobre Bofri el Lampiño.

La idea era crear cierto interés por parte de los jugadores, ya que en el momento en que aparece el enano dice algo así como «eh, he oído hablar de vosotros; ¡venid conmigo a ayudarme en la misión de mi vida!». En mi campaña, he pensado que varias aventuras pueden formar un hilo conductor en torno a la "reconstrucción enana", y Bofri podría ser un PNJ con gran interés dramático.

La idea de la canción era crear simplemente una buena primera impresión del enano. Por supuesto, para cuando los Héroes se encuentren con Bofri los jugadores ni se acordarán de la canción. Había que buscar una manera de recordarla.

Pero vamos primero con la canción. Escribí una primera versión centrándome solo en la rima, ya que tenía algo de prisa por tenerla lista para la partida. La he reescrito y estoy bastante contento con el resultado. Los versos forman tres octavas reales, cuyos endecasílabos son casi todos de gaita gallega (ritmo 1-4-7-10) o melódicos (3-6-10). Aquí la tienen:

Balada de Bofri

Nobles gentes, escuchad esta historia
del enano sin barba mas valiente:
Mapas de runas y sueños de gloria;
bajo el Bosque sombrío y deprimente
Bofri el Lampiño buscó su victoria
y el sendero midió en sus salientes.

Bofri, mi enano, tu barba perdiste;
largo el recuerdo de un hecho tan triste.


En el Fortín del Molino maldito
yace la Vara del Guardacaminos.
Cuentan los viejos (y yo lo repito):
cien enanos partieron entre trinos;
y en la oscura espesura se oye un grito
¡perdidos y truncados ya sus sinos!

Bofri, mi amigo, tu barba es un hito,
densa es la sombra que nubla tu mito.


Cuidado si contrata un lugareño
o a ese norteño mendigo y sin dueño.
Pues el mundo no es triste ni pequeño,
y la muerte no vale tal empeño.
Bofri, mi hermano, tu barba es un sueño,
viejo es el fuego que eleva tu ceño.

Bofri, mi amigo, tu barba perdiste,
densa es la sombra de un hecho tan triste.

La música

Entonces, mientras preparaba una escena para la siguiente partida (donde unos trasgos cantan) me decidí a probar una IA para ver si podía hacer algo interesante para la partida. Ni que decir tiene que me repele la idea de usar una IA de este tipo con interés comercial, pero para este uso concreto es genial disponer de estas herramientas. El resultado fue excelente, en cualquier caso. Tanto, que pensé enseguida en hacer lo mismo con la Balada de Bofri.

Aquí está la versión definitiva, un cruce entre Luar na Lubre y un cantautor de los 80:

Y aquí una versión genial que surgió cuando a la IA le indiqué solo "folk-metal". Tiene la letra diferente (un único estribillo repetido, en lugar de variaciones), pero no he conseguido mejorar el efecto. Y es que parece que el cantante de Leize se hubiera unido a los integrantes de Saurom:

Espero que con estas canciones los jugadores recuerden con más facilidad a Bofri el Lampiño.

One-shot previo a La larga derrota


A veces la vida real se vuelve más exigente. Niños, trabajos, enfermedades... A veces la cosa se pone tan cuesta arriba que puede destruir un grupo de juego. No es una tragedia, claro, frente al drama personal que viven muchos a diario. Pero la muerte de un grupo llega en muchas ocasiones silenciosamente; se queda menos, menos, hasta que al final ni se queda; y cuando eso ya no le molesta a nadie, o no se puede hacer nada por evitarlo, la sentencia es firme.

Mi grupo siempre ha sido de los grandes. Partidas de seis y siete jugadores eran lo normal, y no resultaba descabellado que en alguna sesión fuera alguno más. Diez ha sido mi récord en dos ocasiones. Dos ocasiones de caos, más o menos aceptado y mejor o peor llevado. Por eso quizá cuando el grupo queda reducido a tres personas, me resiento. Y, salvo alguna excepción, no me gusta jugar con solo dos jugadores.

Así que cuando la vida se puso exigente, y las partidas con cuatro se volvieron extrañísimas, confieso que pensé que había llegado el fin. Después del parón veraniego, me daba pereza continuar la campaña de Las máscaras, que con tanta ilusión había empezado. Así que cuando conseguimos hacer una quedada con tres jugadores, les propuse jugar un one-shot en la Tierra Media. Y luego la cosa se quedó parada algunas semanas más. ¿Podría jugar alguna vez ese campañote que tenía pensado para Tierra Media? La verdad, pensaba que quizá con mis hijas tendría más posibilidades. Y eso que todavía tienen 7 y 3 años.

Y, sin más ni más, una conversación afortunada durante la jornada laboral me devuelve la esperanza en la humanidad rolera. Una pareja de nuevos jugadores (uno con bastantes partidas a la espalda) se nos ha unido en nuestra marcha. El otro día jugamos un one-shot rehecho por mí a partir de dos aventurillas breves de La llamada y ambientado en mi querido San Juan de las Dunas. Y, al terminar, de las varias propuestas se eligió... ¡jugar el campañote de la Tierra Media!

Mañana mismo (en unas horas, en realidad, mientras escribo esto) tenemos la primera aventura, así que me he decidido a poner unas notas sobre ese one-shot que jugamos semanas atrás, que sirve en parte como introducción.

La nueva Sombra (2946 T.E., entrado el verano)


La aventura es una adaptación de un relato inacabado de Tolkien, con el mismo título, que aparece en Pueblos de la Tierra Media. En realidad, el relato me dio la premisa, y de él tomé parte de la escena inicial, incluidos varios nombres que aparecen por ahí.

La Compañía está formada por:
  • Eberulf, un vengador, hobbit de los Valles del Anduin, buen amigo de Beorn.
  • Caeledin, una erudita, sabia entre los Elfos del Bosque Negro.
  • Astrid, una guerrera, enana procedente de las Colinas de Hierro.
Se encontraban en El lucio y la anguila, taberna de Ciudad del Lago famosa por sus guisos de pescado. La Compañía compartió mesa con Kelda, una costurera de visita familiar (esto es un pequeño avance para una aventura posterior), Orsmid, un artesano del metal (otro enlace para más adelante), y Baldor, un comerciante acompañado de su hijo Belgo. Baldor les dijo que en breve harían marcha hacia el oeste, a través del Bosque Negro, y que buscaba acompañantes (gancho directo para la siguiente aventura). Mientras beben y cenan pueden escuchar a Lodin el Tuerto, que canta sobre un enano imberbe que busca gente aventurera (se trata de Bofri, otro gancho para más adelante).

Los otros hablaban sobre ataques de trasgos en la ciudad; en concreto, se referían a los destrozos en una sastrería justo la pasada noche. Los Héroes hablaron también con Magni, un mercader que ha perdido dos botes en misteriosas circunstancias. Temía que tuviera que ver con un tipo que habló con él para pedirle una "tasa especial de autonomía".

Por otro lado, vieron como un joven (luego identificado como Saelon) trataba de malas maneras a un señor ya mayor (Borlas). Tras marcharse Saelon, los Héroes se acercaron para interrogar a Borlas: el joven era un antiguo conocido y estaba tratando de meterlo en algún grupo, que al parecer usaba la palabra "herumor" como contraseña o saludo. Saelon había invitado a Borlas a acudir con él la noche próxima a un sitio indeterminado.

Con toda esa información se iniciaron las pesquisas de la Compañía. Al día siguiente acudieron al puerto a hablar con Asric, que es quien le lleva los negocios a Magni. Quizá todo estaba relacionado con algunas personas descontentas con la fuerza que estaba tomando Valle. Según ellos, ¡la Ciudad del Lago debía seguir siendo autónoma! Luego fueron a la zapatería atacada, y tuvieron tiempo de perseguir a unos críos. Al parecer, los "ataques de trasgos" no eran más que bufonadas de un grupo de chavales que "jugaban al orco", y la cosa se les fue de las manos. Nada que ver con la otra trama.

Por la noche siguieron a Borlas y Saelon hasta llegar a un almacén, no muy lejos del puerto. Allí vieron entrar a varias personas, incluido un oriental con un extraños cofrecillo. Los Héroes no dudaron en meterse cuando lograron escuchar parte de las preguntas que le hacían al anciano. ¡Parecían dispuestos a sacrificarlo!

Por fortuna, la mayoría de los implicados no estaban dispuestos a combatir, y ni siquiera tenían claro que aquello fuese algún tipo de secta. Sí hubo algo de rifirrafe, claro, y el oriental pronunció "herumor" hacia el cofre, cuya tapa estaba adornada con una estatuilla de una criatura serpentina. De allí surgió una niebla densa, que le sirvió al oriental para intentar escapar. Pero los Héroes no estuvieron desprevenidos, y lograron alcanzarle con una flecha. Herido de muerte, el oriental lanzó la caja al lago, en cuyas aguas se perdió de vista.

Y el tiempo no dio para más. Llegada de la guardia, despedida y cierre. Unos días de descanso y Ciudad del Lago es ahora uno de sus Refugios seguros. A partir de ahí, una campaña por jugar. Espero poder ir actualizándoles.

Las máscaras de Dal Quor: el Elenco


Las tres sesiones del prólogo dieron suficientes ocasiones para que aparecieran los diferentes jugadores que van a disfrutar (espero) de esta campaña. No lo hicieron todos a la vez en ningún momento; lo cual es lógico si pensamos que ya tenemos una edad y la vida real no da muchas ocasiones para que se reúnan a jugar nueve personas.

Los Protas que inician la campaña son los siguientes:

  • Lienia Paelion, una elfa de Valenar, miembro de las Sombras Sangrientas, cuya familia fue asesinada durante el Cisma de la Sombra. Estereotipo: sicario (Filo Retornado).
  • Myev Zecklin, una semiorca de Karrnath, seguidora de la Hueste Soberana que ha pasado los últimos años "repatriando" refugiados de la guerra. Estereotipo: predicador (Devota de la Hueste Soberana).
  • Zuki d'Sivis, una gnoma de Zilargo con cierta importancia dentro de la Casa Sivis y que ha sido elegida como agente por los señores de Argonnessen. Estereotipo: esoterista (Profeta del Dragón).
  • Dr. Eutarko Bellocq, un semiorco de Breland que consiguió abrirse un camino entre los académicos de Sharn. Estereotipo: escritor (Investigador de la Universidad de Morgrave).
  • Rigobert el Refulgente, un gnomo de Zilargo cuyas composiciones han alcanzado fama en todo el continente. Estereotipo: itinerante (Bardo).
  • Silamior Aggan, un semielfo de Breland que, a pesar de portar la marca de la Casa Lyrandar, luchó durante la Última Guerra por su nación. Estereotipo: exmilitar (Agente de élite de la Ciudadela).
  • Taris Tarravan, una humana de Thrane a la que le atraen las investigaciones de casos extraños. Estereotipo: investigador (Agente del Argentum).
  • Adalstan Altaner, un humano de los Principados de Lhazaar, con trazas de marino veterano. Estereotipo: contrabandista (Marino de los Principados de Lhazaar).
Como ya he dicho, todos los jugadores tenemos ya cierta edad, y lo que es más importante, llevamos tiempo juntos. Por un lado, hemos compartido mesa durante muchos años (este septiembre se cumplieron veinte años del día en que comencé a reunir a mi alrededor a un grupo de jugadores –y aún quedan dos de los originales–). Por otro, en esa lista de ochos jugadores hay dos parejas (tres si me incluyo), además de tres hermanos por un lado y dos medio hermanas por otro.

Eso se nota, por ejemplo, en la confianza que nos da para tratar ciertos temas, para rolear e interpretar o para que no nos importe si un comentario nos saca del juego y nos mete en una charla sobre pelis o lo que sea. Por ejemplo, una escena bien simpática se produjo cuando Myev y el doctor Bellocq (interpretados por dos de los hermanos) intercambiaron impresiones con sus peculiares acentos (respectivamente, eslavo y francés).

Otra cosa que he notado, y que me encanta, es la positividad del feedback. Llevábamos tiempo sin jugar (tras el obligado parón para sobrellevar la adaptación de mis hijas a su nuevo hogar), y las ganas se notaban. También por mi parte la motivación estaba en lo más alto. Creo que parte del éxito ha sido tomar por los cuernos la largo tiempo anunciada adaptación de Las máscaras. Yo me he tomado mi tiempo para crear las ayudas de juego, y los jugadores han agradecido el cambio de tono y de temática.

Tenemos muchas ganas de continuar la campaña, y eso se nota también en el grupo de Whatsapp que usamos como medio de notificaciones, así como en la asiduidad de partidas: en principio jugamos cada dos semanas, pero hemos adelantado ya un par de veces para que no nos coincida con festivos o algo así (y ahí es donde digo que se nota, pues en lugar de atrasar y dejar tres semanas entre una sesión y la siguiente, adelantamos y jugamos dos consecutivas). Eso hace que el próximo sábado vayamos a jugar ya la quinta sesión.

En fin. Les seguiré contando cositas. Si les place, díganme en comentarios si les interesa más las mecánicas de juego, la adaptación a una ambientación diferente o los resúmenes de las partidas.